Este monólogo trata sobre las lamentaciones de Isabel ante lo que ha pasado. Ella se siente avergonzada y no quiere que amanezca para que su padre no se entere. No sabe que será mejor, si volver a casa o no volver y piensa que ojalá su hermano la hubiera matado.
También podría interpretarse como el odio y el rencor que tiene Isabel hacía su padre; debido a que Pedro Crespo le había ofrecido a don Álvaro un matrimonio con su hija (tras ser violada y secuestrada) para intentar solucionar y mejorar la situación de crisis que rodeaba a la familia de Isabel, por lo que esta huye de casa ya que se siente traicionada por su propio padre tras la posición tomada por su padre para afrontar la crisis y que mediante esa postura de su padre la principal perjudicada es ella que se siente frustrada, traicionada, sin saber donde ir y con una perdida de honor y honra sobre su persona muy grande.
Se trata de un romance donde los versos de este fragmento son octosílabos, con rima asonante en los pares.
Este fragmento es muy importante y de mucha relevancia durante la obra ya que esta gira en torno a él y a sus consecuencias a largo y corto plazo.
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